miércoles, 10 de octubre de 2007

Dios anda suelto y mangueó a Freddy Beras


Parece que Dios anda suelto por los medios artísticos y agarró por el pichirrí a Freddy sin la intención de soltarlo. Lo quiere para el, para que su alma se salve. Se lo arrebató de las manos al enemigo que lo tenía confundido por mucho tiempo, al punto de cometer la estupidez de ponerse de malcriado con el Creador.

Jehová mangueó a Freddy Beras Goico, aquel hombre de sonrisa ancha que por muchos años ha llevado alegría, salud y tranquilidad a muchos hogares dominicanos. Nunca imaginé ver al querido gordo pedirle perdón al ser Supremo y hoy en día reconocer que hay alguien más grande que los hombres que nos domina y que nos ama.

Lástima que no fue antes que Dios te tocara y que tu programa de televisión sea el canal para llevar la palabra de Cristo a los hogares dominicanos que tanto lo necesitan. Veinte o treinta años atrás nunca imaginaría verte arrodillado ante el Señor. El Padre celestial te tumbó el pulso Freddy, y te lo tumbó para bien tuyo y de tu familia, pero más, para el bien de los miles de seguidores que a diario ven tu programa de televisión. Eres un testimonio de vida y sanción.

Lo que a pasado contigo no lo puedo creer, ahora veo a un hombre nuevo, renovado, a un hombre mas espiritual, lleno de vida. Nunca entendiste Freddy que Dios no discute, y lo llegaste a desafiar varias veces por las paradojas de la vida y también fruto de tu ignorancia.

Dios anda suelto y mangueó también a otros artistas como: Juan Luis Guerra y Felipe Polanco, quienes entendieron que la fama y el dinero no lo es todo en la vida, que los vacíos espirituales no lo llena la fama ni mucho menos el dinero, que solo Dios puede llenar ese espacio que no lo llena la vida fuera de Cristo.

Antes para mi era más fácil ver la estatua del Cristóbal Colón de la zona colonial, bajar el dedo, que a Freddy Beras en el camino de la vida que es el camino de Cristo Jesús. ¡Que lastima que no fue antes! Dios te ha mangueado y no te va a soltar y te ha enseñado que el no discute y que el hace las cosas cuando le parezca no cuando el hombre quiera.

Contigo el pueblo aprendió que por mas tercos que sean los hombres con Dios el siempre termina ganando el pleito. No basta con ser un filántropo, hay algo mas allá de la filantropía que muchas veces no entendemos.