martes, 28 de agosto de 2007

La vulgaridad en la radio dominicana









“Los medios radiales tienen que tener respeto del lenguaje; la falta de ello hace que nuestra radios sea la caja de resonancia de los iletrados, de los menos cultos.”

POR JUAN CARLOS NAVARRO
Muchos locutores y comentaristas de radio descuidan la buena expresión. Utilizan una forma inadecuada de dirigirse al público con palabras desagradables y fuera de tono, contribuyendo a la deformación del idioma castellano de los oyentes.

Muchos de esos periodistas y locutores ignoran que la radio y la televisión son agentes educativos, tampoco se dan cuenta de la influencia que ejercen los medios de comunicación en nuestra sociedad.

Los términos utilizados por muchos “profesionales del micrófono” cuando se dirigen a los oyentes son imitados e introducidos en el acervo intelectual de los jóvenes que sintonizan la emisora.

Se le hace un daño al lenguaje y a una gran parte del público cuando por radio se escucha un locutor o periodista decir las llamadas “malas palabras” y vulgaridades realmente asqueantes.

Seria harina de otro costal hablar aquí de las palabras obscenas que ponen en su boca reconocidos comentaristas que se dirigen al publico cual si estuvieran en su casa o en una letrina.

Es de entender que esos vocablos van dirigidos a una gran parte de los radio-escuchas que posiblemente se expresa de la misma forma que ellos, por lo que al sintonizar la emisora se sienten identificados con la forma de hablar de los “comunicadores”, que no se percatan de los estragos que hacen a otros oyentes, mejor educados.

La “chabacanería” que existe hoy día en nuestra radio es algo que no aporta nada al intelecto de los oyentes y que muchos periodistas y locutores de la radio en vez de educar contribuyen a la deformación del lenguaje.

Algunos comunicadores, sobervios “intelectuales” de la radio, contribuyen a mantener la pobreza del idioma porque no aportan la suficiente riqueza para que la palabra hablada surta los efectos deseados.

Hay que reconocer que muchos periodistas y locutores más que deformar el idioma le dan carta de ciudadanía a la deformación y a la lengua que utilizan los más iletrados.

Hay que reconocer que la televisión y la radio han sido asaltadas por individuos que tienen la debida formación para actuar como formadores de modelos lingüísticos, pero que carecen de la ética profesional adecuada.

Los medios radiales tiene que tener respeto del lenguaje; la falta de ellos hace que nuestras radio sea la caja de resonancia de los iletrados, de los menos cultos.

Algunas emisoras de radio son el medio de difusión de las contaminaciones lingüísticas, de las deformaciones de palabras, de la imprecisión de vocabularios, de la vaguedad en la expresión, de la reproducción, de todo lo que son deformaciones fonéticas.

Hay programas de radios que se caracterizan porque muchos comentaristas utilizan un lenguaje degradado, empobrecido, vulgar y atentatorio a las buenas costumbres, viéndose los mismos como reproductores que ayudan a esa promoción del lenguaje inadecuado. Esa promocion hace que se convierta la radio no en un mecanismo de educación, sino en un mecanismo de cretinizacion de la población en términos globales.

En algunos programas de radio hay una plebeyizacion promovida por la adopción masiva de estas vulgaridades. Las personas que tiene cierto recato saben que hay palabras “barriobajeras” que se utilizarían exclusivamente en los medios de bajos fondos, en los más degradados. La radio, la televisión y los periódicos deben constituir modelos de formación del lenguaje de las grandes masas.